El cambio climático tiene en vilo a casi todos los gobiernos de Europa. Ante la alarma de los científicos de un calentamiento global irreversible, muchos presidentes están buscando medidas efectivas para reducir las emisiones de CO2.
Uno de los sectores que más se ha visto afectado por estas medidas de emergencia ha sido el de la aviación. Esto se debe a que los aviones emiten alrededor de 100 veces más CO2 por hora que un viaje compartido en autobús o tren.
En total, la suma de las emisiones de la aviación mundial son alrededor de mil millones de toneladas de CO2 por año, lo que supera las emisiones de la mayoría de los países, incluido Alemania.
Para rebajar estas emisiones lo máximo posible, países como Francia o España han propuesto eliminar los vuelos cortos que podrían ser reemplazados fácilmente por un tren.
Pero, ¿qué vuelos serían eliminados?, ¿hay algún país que ya lo haya hecho? En este artículo responderemos a ambas preguntas, y nos centraremos en exponer las medidas que el gobierno de España quiere imponer en la aviación nacional.
¡Empecemos!
Los vuelos cortos prohibidos en Francia
Aunque España está en boca de todos por querer eliminar los vuelos de corta distancia, la realidad es que Francia llegó primero. El país gobernado por Macron prohibió algunos vuelos cortos en mayo de 2023.
Aunque causó una agitación internacional, la realidad es que no fue para tanto. En el ámbito práctico, apenas menos de 5 conexiones aéreas fueron eliminadas, lo que no ha producido un cambio significativo en las emisiones del país.
Esto se debe a que, para que un vuelo pudiera ser eliminado respecto a esta nueva normativa, debía cumplir los siguientes requisitos de reemplazo:
Que se pueda llegar en tren al destino en menos de 2 horas y media.
Que exista una frecuencia alta de dichos trenes, de manera que puedas usarlos a diferentes horas del día.
Esta iniciativa tendrá una duración de al menos tres años. Por lo tanto, en el 2026, los funcionarios evaluarán su éxito y decidirán cómo seguir adelante en el futuro.
Si todo sale bien, las líneas ferroviarias de alta velocidad de Francia ayudarán al país a reducir sus emisiones de carbono. El problema es que, hasta ahora, las rutas prohibidas representan sólo unos 5.000 vuelos al año, de un total de casi 200.000 vuelos nacionales.
Por lo tanto, esto es sólo el principio de una iniciativa mucho más amplia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Francia.
Pero, si cruzamos los Pirineos, podemos observar que en España se están discutiendo medidas similares. ¿Hasta dónde llegarían las prohibiciones impuestas por el gobierno de España?
Eliminación de vuelos cortos en España
En España, los partidos políticos PSOE y Sumar han hablado recientemente sobre la reducción de vuelos cortos que puedan ser reemplazados por trayectos en tren de menos de dos horas y media, con el objetivo de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta restricción podría afectar al menos 11 rutas, entre las que se encuentran algunas muy utilizadas como Madrid-Barcelona, Madrid-Sevilla y Barcelona-Valencia. Debido a su posición, Madrid sería la ciudad más afectada por estas regulaciones.
Un estudio analizó cómo podría impactar a las emisiones de CO2 esta medida, y la conclusión es que podría evitar 20,992 vuelos anuales que afectarían a más de tres millones de personas.
Por lo tanto, el plan sería reducir progresivamente los vuelos que puedan ser sustituidos por comunicaciones ferroviarias en torno a las dos horas y media.
Algunas medidas similares están siendo barajadas por otros países, las cuales podríamos empezar a ver en fechas tan tempranas como 2024. Ahora bien, ¿cómo pueden defenderse las aerolíneas ante estas regulaciones? La respuesta se podría encontrar en una aeronave de la Primera Guerra Mundial.
Dirigibles: La alternativa aérea a los aviones
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se popularizó el uso de los dirigibles. También conocidos como zeppelines, eran aeronaves más ligeras que el aire que se utilizaban para diversas funciones, como reconocimiento, patrulla y bombardeo estratégico.
Aunque son considerablemente más lentos que los aviones, hoy en día han vuelto a la conversación debido a su eficiencia energética y sostenibilidad, lo que los hace una herramienta ideal para cumplir los objetivos climáticos. Estas son sus ventajas principales:
Eficiencia Energética: Los dirigibles son más eficientes en términos de consumo de energía en comparación con los aviones convencionales. No requieren la misma cantidad de energía para mantenerse en el aire, ya que obtienen sustentación del gas más ligero que el aire contenido en su envolvente.
Bajas Emisiones de Gases de Efecto Invernadero: Los dirigibles funcionan con depósitos de gas en los que el helio se mezcla naturalmente con el nitrógeno, lo que significa que no se libera carbono a la atmósfera al sustraerlo.
Menor Impacto en el Terreno: Los dirigibles pueden aterrizar y despegar verticalmente, eliminando la necesidad de infraestructuras tan grandes como los aeropuertos.
Capacidad para Transportar Grandes Cargas: Dado que los dirigibles no dependen de pistas de aterrizaje tradicionales, pueden transportar grandes cargas a regiones remotas o afectadas por desastres sin necesidad de una infraestructura extensa.
A pesar de estos beneficios potenciales, es importante destacar que los dirigibles también enfrentan desafíos significativos, como limitaciones de velocidad y susceptibilidad a condiciones meteorológicas adversas.
Sin embargo, en el contexto de medidas medioambientales y la búsqueda de alternativas más sostenibles, los dirigibles podrían ser una gran opción en un futuro próximo.