Cuando entras en un avión, el único espacio que tienes asignado es un asiento. Da igual si tu vuelo dura 2 o 12 horas, la mayoría de los pasajeros sólo pueden disfrutar de un respaldo y un pequeño espacio para sus piernas.
Ante esta forma tan restringida de viaje, mucha gente prefiere utilizar trucos para hacer el trayecto más ameno. El más recomendable de ellos suele ser dormir, de manera que cierres los ojos en el despegue y te despiertes cuando el avión está aterrizando.
De esta manera, el incómodo viaje en avión podría convertirse en una especie de teletransporte, en el cual cierras los ojos y apareces en otro lugar del mundo.
Pero dormir en avión no es tan fácil. Hay personas caminando en el pasillo, gente hablando, compañeros de fila que quieren pasarte por encima para ir al baño, y algunas situaciones más que podrían convertir nuestra siesta en una pesadilla.
Para que puedas pegar ojo durante todo el viaje y disfrutes realmente del avión, en este artículo te traemos los mejores consejos para dormir sin interrupciones a 10,000 metros de altura.
Si ya has hecho las maletas, ¡empezamos!
1. Siéntate al lado de la ventana
Sentarse en la ventana tiene innumerables beneficios para dormir. Por ejemplo, nadie te va a despertar para ir al baño, ya que no le cortas el paso a nadie. Además, puedes apoyarte en la estructura del avión para dormir.
Por último, este asiento también te garantiza evitar el ruido de las personas que pasan por el pasillo durante el vuelo. Por lo tanto, te guste o no mirar a través de la ventana, este asiento siempre será la mejor opción para dormir.
2. Escucha ruido rosa (pink noise)
Otra buena opción es cambiar tu lista de reproducción habitual por el ruido rosa. A diferencia del ruido blanco, que se reproduce uniformemente a la misma frecuencia, la intensidad del ruido rosa disminuye a medida que aumenta la frecuencia.
Esto se asimila a olas en la playa, lluvias constantes y el crujido de las hojas. Un pequeño estudio en Estados Unidos concluyó que escuchar ruido rosa reducía el tiempo que los participantes tardaban en conciliar el sueño en un 38 por ciento.
3. Considera el horario del vuelo.
Si estás planeando un vuelo de larga distancia que atraviesa múltiples zonas horarias, debes tener en cuenta algunas cosas.
Los viajeros más expertos pueden intentar ajustar su horario de sueño días antes del vuelo para adaptarse mejor a la zona horaria de su destino, pero no es necesario alterar por completo tu vida diaria para lograr este objetivo.
En vez de prepararse tanto, es mejor elegir un vuelo que se adapte a nuestra rutina. De esta manera, podremos dormir durante todo el trayecto y llegar frescos a nuestro destino.
4. Evita las bebidas estimulantes y el alcohol
Este apartado puede parecer una obviedad, pero mucha gente se toma un café de manera rutinaria al empezar el día, así que hay que estar atentos a este hábito para que no nos mantenga despiertos en el avión.
Por lo tanto, evita tomar bebidas con cafeína o incluso té (ya que contiene teína, un estimulante). También es recomendable consultar a tu médico si estás pensando en tomar algún somnífero o suplemento para ayudarte a conciliar el sueño.
Respecto a las bebidas alcohólicas, aunque inicialmente pueden adormecerte, los estudios muestran que puede provocar más despertares, peor calidad del sueño y un sueño menos profundo. Además, te despertarás deshidratado cuando llegues.
5. Lleva artículos de comodidad
Los cojines para el cuello, los auriculares y las máscaras para los ojos ocupan un poco más de espacio en tu equipaje de mano, pero no te arrepentirás cuando las luces se apaguen y veas que quedan muchas horas para llegar a tu destino.
Por lo tanto, invierte en una máscara de sueño cómoda que bloquee la luz y un cojín para el cuello que sostenga tu cabeza. Aunque los cojines en forma de herradura son los más comunes, hay muchas opciones innovadoras que se adaptan a diferentes necesidades.
Además, también es recomendable llevar auriculares de cancelación de ruido de alta calidad y un cojín que nos sirva de soporte para la espalda, la cual suele sufrir mucho en viajes de larga distancia.
6. Ponte ropa cómoda
Es normal querer ir bien vestido al aeropuerto, ya que vamos a ver a mucha gente y queremos enseñar la mejor versión de nosotros mismos. Aún así, es importante dejar este pensamiento a un lado y optar por la ropa más cómoda que tengamos.
Al fin y al cabo, un chándal no nos dará ningún problema durante nuestras horas de sueño, así que lo podemos descartar dentro del amplio rango de ruidos y molestias que pueden suceder en un avión.
Además, la ropa cómoda suele abrigar mejor contra las temperaturas del avión, las cuales pueden variar de cálidas a bastante frías. Por lo tanto, acuérdate de llevar una sudadera, incluso si en tu destino el termómetro marca 40 grados.
7. Come antes de embarcar y no cruces las piernas
Una de las cosas que más facilita el sueño es la comida. Cuando tienes el estómago lleno, la sangre está ocupada haciendo la digestión y deja al resto del cuerpo con menos energía y más relajado. Por lo tanto, una buena comida nos ayudará a dormir con más facilidad durante el vuelo.
Por otro lado, la postura también es importante. Esto se debe a que mantener las piernas cruzadas durante un período prolongado puede dificultar el flujo sanguíneo y ser más incómodo a largo plazo.
Por lo tanto, estira ambas piernas rectas frente a ti y mantén una ligera flexión en las rodillas. Si tienes piernas largas, evita colocar un artículo personal grande debajo del asiento para que no limite el espacio que tienes.
Si has marcado todas las casillas que tienes que hacer antes de tu gran siesta durante el vuelo, ¡ya estás preparado para teletransportarte a tu destino!