Si alguna vez has notado miraditas raras, te han juzgado o hasta te apartan sin razón aparente al intentar subir a un avión, no estás solo. Porque las reclamaciones por discriminación en el embarque son más frecuentes de lo que deberían.
Porque sí, volar debería ser una experiencia similar para todo el mundo. Existe por tanto la obligación legal de tratar a todos los pasajeros con respeto. Sin distinciones.
Y no, no lo decimos nosotros. Así lo dicta también nuestra legislación a nivel Europa, concretamente con el Reglamento 1107/2006 sobre los derechos de las personas con discapacidad o movilidad reducida. Eso, además de normas en cada país (como en España sería la Constitución sin ir más lejos).
Discriminación en el embarque: lo que no deberían hacer (pero pasa)
Cuando hablamos de reclamaciones por discriminación en el embarque, no nos referimos a pequeñas molestias que pueden pasarte al coger el avión. Nos referimos a situaciones que te van a causar un problema real, como son:
- Pasajeros que son apartados del embarque por su origen, religión, etc. Son personas que “generan sospechas” a las autoridades, pero lo hacen sin motivo justificado.
- Personas con discapacidad a las que no se permite embarcar alegando “falta de medios”, que es algo que la ley prohíbe expresamente.
- Parejas a las que se les hace sentir incómodas por su orientación sexual, o directamente se les separa sin motivo justificado.
- Mujeres con velo a las que se les cuestiona o directamente se les deniega el acceso.
- Personas con sobrepeso a quienes hasta se les exige pagar un segundo asiento sin que exista un protocolo claro.
Así que cuando hablamos de discriminación durante el vuelo o en el embarque, no hablamos de opiniones. Hablamos de situaciones que vulneran derechos fundamentales.
¿Qué hacer si te discriminan al embarcar?
Tienes más poder del que mucha gente podría imaginar pero, para ejercerlo, necesitas saber cómo actuar. Para que tengas todo más claro, te animamos a hacer lo siguiente, siempre desde la calma:
- Recoge pruebas. Apunta nombres, guarda la tarjeta de embarque, haz fotos si puedes y graba, siempre que sea legal hacerlo. Si hay testigos, pídeles su contacto por si acaso te hiciera falta.
- Solicita una hoja de reclamaciones en el mismo aeropuerto. Aunque no la tengan a mano, pídela y que conste que lo has hecho.
- Presenta una queja formala la aerolínea. Hazlo por escrito. Trata de explicar los hechos con tanta claridad como puedas, sin dar demasiadas vueltas y yendo al grano de lo que ha pasado.
- Si no responden, puedes llevar el tema a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).
Y un detalle. Ojo porque si además de la discriminación la situación te ha hecho perder el vuelo, estarías en tu derecho de reclamar también por el perjuicio económico causado. Y aquí sí que podemos ayudarte reclamando una indemnización para tí.
Casos concretos que se pueden reclamar
Para que lo tengas claro, estos son algunos ejemplos que hemos visto en que una reclamación por discriminación en el embarque puede prosperar:
- Te impiden subir al avión por llevar una prenda, especialmente si esta es religiosa. Las compañías no pueden decidir sobre tu apariencia sin justificación clara de seguridad.
- Te apartan para un registro adicional solo por tu nombre o nacionalidad. Si esto ocurre sin criterios objetivos, es discriminación.
- Te niegan el embarque por tu situación o características físicas, o por cosas como viajar con silla de ruedas. Inaceptable y, además, sancionable.
- Te hacen comentarios vejatorios por tu orientación sexual. Aquí tampoco hay debate: puedes reclamar.
Ten en cuenta que si la discriminación pasa cuando estés ya en el aire, podrás poner una reclamación portrato desigual durante el vuelo. Tus derechos como pasajero no se quedan en la puerta de embarque.
No te lo calles: reclamar es tu derecho
Puede que pienses que una sola queja no cambiará nada. Pero reclamar no solo te puede compensar a ti. También obliga a las aerolíneas a revisar sus protocolos. Esto supone formar mejor a su personal y a evitar que otra gente tenga que vivir lo mismo.
Así que cuando pones una reclamación por discriminación en el embarque, estás defendiendo la dignidad propia y ajena.