En el difícil panorama de las reclamaciones colectivas, las acciones legales de este tipo representan una estrategia poderosa para abordar problemas que impactan a muchas personas.
Sin embargo, aunque este enfoque tiene beneficios, no está exento de desafíos y riesgos sustanciales, y que no muchas personas tienen presentes.
Por eso, vamos a hablar de las reclamaciones colectivas, destacando tanto las ventajas como las desventajas, y ofreciendo una visión basada en la experiencia que tenemos como expertos en reclamaciones.
Reclamaciones colectivas: ¿qué son exactamente?
Las reclamaciones colectivas son procesos legales en los que un grupo numeroso de individuos con intereses o que han sufrido daños similares se unen para presentar una demanda judicial conjunta contra una entidad o empresa.
Este enfoque permite que múltiples demandantes, a menudo con reclamaciones individuales de menor cuantía, consoliden sus casos en una única acción legal. Ganamos fuerza y poder, al representar al grupo.
El propósito fundamental de las reclamaciones colectivas es dar una solución eficiente y justa para situaciones en las que numerosas personas comparten un problema, como podría ser un vuelo cancelado con la misma compañía. Al ser la misma situación, puede hacerse una única demanda.
El objetivo de los demandantes es fortalecer su posición en el litigio, aprovechando la economía de escala para abordar problemas legales de manera más efectiva. Así que tiene mucho sentido cuando los recursos son limitados, o parece que habrá resistencia por parte de la entidad a la que se demanda.
Ventajas y desventajas de las reclamaciones colectivas:
Como ves, las reclamaciones colectivas aportan una economía de escala notable. Al sumar fuerzas con otros afectados, los costes legales se comparten entre los miembros, haciendo que el proceso sea más accesible. Esta unión también proporciona acceso a recursos legales que, de otra manera, podrían estar fuera del alcance de las personas afectadas con menos recursos.
Sin embargo, la contrapartida de esto es que la atención individual y soporte se diluyen. Puedes recibir menos información, más tarde, o ser más ajeno a las negociaciones previas a la resolución del conflicto.
Fuerza en números y mayor impacto:
La fuerza en números juega un papel crucial en cualquier proceso judicial. La capacidad de un grupo numeroso para influir en los tribunales puede aumentar las posibilidades de una resolución favorable.
Pese a esto, muchas veces las reclamaciones colectivas se eternizan. Esto provoca que, aunque la idea de ir con más fuerza sea interesante, se diluya cuando una parte de las personas está deseando llegar a acuerdo y “les vale cualquier cosa”. A menudo, demandas que empezaron con gran empuje, terminan en nada por disolución del grupo.
Por eso, y a pesar de estas ventajas, la falta de control individual es una preocupación fundamental. Los miembros pueden tener menos influencia sobre la estrategia legal, ya que las decisiones se toman en nombre del grupo. Esto puede dar lugar a que los intereses individuales se diluyan en la búsqueda de una solución colectiva.
Compensación reducida y un proceso más largo:
Otro desafío importante radica en la dilución de la compensación. La distribución de la compensación entre los miembros puede resultar en cantidades individuales relativamente pequeñas después de deducir los costes legales.
Además, las reclamaciones colectivas a menudo llevan más tiempo que las acciones individuales, como se ha visto, debido a la complejidad y al número de partes involucradas. Se empieza más fuerte y con más recursos, sí, pero eso no siempre implica ganar tal y como las personas demandantes se imaginan su victoria.
Complejidad en la participación y riesgo de fracaso:
La complejidad para unirse a una reclamación colectiva puede ser excluyente para algunos. Y es que los criterios de elegibilidad y los procedimientos a veces restrictivos pueden dejar fuera a personas que también han sufrido daños, pero que no encajan en el grupo.
Además, existe el riesgo inherente de que la acción colectiva no tenga éxito, dejando a los miembros sin compensación y limitando la capacidad de presentar reclamaciones individuales después del fallo. Por otra parte, el juez siempre podría dictaminar algún caso particular, dejándolo fuera.
Unirse a una reclamación colectiva siempre se vende como algo ideal, pero no tiene por qué ser lo mejor para ti. En ese sentido, antes de hacer nada, si vas a reclamar consulta a nuestro equipo de expertos sin compromiso. Así, podrás decidir qué te conviene más.
